Los Infernales (para los rebeldes sin causa)

Adi Zapata
24 nov 2017
3 Min. de lectura

Sabés que tenés algo de atrevido e intrépido cuando elegís lo poco convencional y desafias al establishment culinario en esas juntadas familiares. Ya sabés, cuando le echas miel al jamón o le pones café al mate, o cualquiera de esos hábitos que acaparan miradas raras.

Supongo que ese es el mensaje que quisieron transmitir los dueños de este local de comidas, porque son muy pocos los que preferirían el infierno al paraíso, y de la misma forma, son pocos los que en lugar de elegir la típica hamburguesa de ternera, se piden una “hamburguesa de ciervo con barbacoa de cayote”, o los que en lugar de la tradicional mila napo con papas, ordenan una “milanesa de carpincho con espinaca y aioli”.

Un paralelismo sin dudas interesante, pero no. El nombre del lugar proviene del ejército de gauchos de Güemes que ayudó a San Martín a defender la frontera en el norte Argentino. ¡Que patriotas los dueños!

El viernes pasado olía desde la mañana a un glorioso Finde XL y se nos dió por salir de lo común con mis compañeros de trabajo. ¡Ya fue la comida por peso del chino, basta de la mila con puré del bar de la esquina! De repente nos entró ganas de hacernos los rebeldes, y decidimos caminar unas cuadras extras e ir a este lugar del que habíamos leído en una nota de diario y que daba que hablar.

La experiencia no fue tan esplendorosa como nuestras altas expectativas, pero sin dudas vale la pena el relato.

Nota de alerta: ¡Si sos vegano o un fiel defensor de los animales, aléjate de este lugar, es más, ni pases por la calle, porque vas a salir llorando y con un corazón más roto que cuando te dejó ese ex que te cocinaba y encima lavaba los platos!

¿Qué no te sorprende en ese lugar?

Desde sándwich de milanesa de búfalo o jabalí, hamburguesa de pato, choripán de ñandú , wrap de liebre hasta un sándwich de llama.

Ahora entiendo el título de “Los Infernales”. Hay que ser muy mala persona como para comerse a tantos animalitos sin remordimiento… (otra vez, ¡si sos vegano, no nos juzgues! ¡Peace!) Encima, como para seguir con el zoológico, te sirven el vino en unos pingüinitos de cerámica. Si, de esos que usaba tu abuelo del interior los domingos de pasta. Excepto que en lugar de de ese vino de damajuana, elegís por $150 una jarrita de vino de autor, vinos de media-alta gama, desde mendocinos hasta algunos patagónicos.

Siendo día laboral, obviamente que no tomamos alcohol (cof, cof…) No en serio, que sino me despiden. El día estaba caluroso, así que nos pedimos diferentes jugos naturales que tenían, como jugo de pomelo rosado y menta, limonada con albahaca y menta, o jugo de mango, maracuyá y naranja. Ese día la limonada de menta y albahaca estaba extremadamente dulce, pero el resto estaban muy ricos.

Lo bueno de ir entre varios es que llegas a tener una idea general de la cocina del lugar. Por eso acá van algunas fotos con los platos que nos pedimos y la crítica de cada uno:

Wrap de liebre al malbec con cebolla caramelizada y hongos. La tortilla del wrap estaba demasiado crocante y se rompía un poco cuando lo comías, pero la liebre tenía un rico sabor.

Hamburguesa de bondiola macerada con cerveza negra en pan de mostaza con huevo, espinaca, panceta y queso raclette. Muy sabrosa, sobretodo ese pan de mostaza tan poco común.

Hamburguesa de ciervo con tomate, cebolla morada, rúcula, queso fresco y barbacoa de cayote. Según el comensal, estaba perfecta!

Hamburguesa de cordero con salsa agridulce de tomates cherry confitados, cebollas a la chapa, espinaca, lajas de queso parmesano y barbacue de frutos rojos. La cebolla al sartén estaba demasiado salada y afectaba a toda la hamburguesa, de manera que tuve que sacarle un poco. Por el contrario, le hubiera agregado un poco más de ese barbacue de frutos rojos que no es común.

Las papas acompañaron muy bien cualquier plato. Se podía elegir batatas como otra opción. Cualquiera de las dos venía acompañada de tres salsas distintas.